Antes de ser fundado como Palmillas en 1627, grupos indígenas pames se habían adaptado a vivir en este terruño. Fue creciendo poco a poco de manera urbana mientras se levantaban edificaciones gracias al auge de la religión.

Al visitar Palmillas, no hay que perderse de hacer un recorrido por el centro, en la cual se puede encontrar la primer iglesia del estado. Las fachadas coloniales que se pueden observar aquí, son una puerta al pasado que nos permite observar como la religión dejó un gran impacto en esta población, así como mitos y leyendas religiosas que quedaron como huella de la historia.

Los turistas amantes del deporte extremo, pueden visitar el Cañón del Salto, donde se encontrarán pozas de agua cristalina, zonas montañosas, llanos y toboganes naturales de 30 metros, en los cuales se puede practicar el cañonismo y rappel en el cual se puede hacer un recorrido total con duración de 4 horas.